Immigrants’ Effect on our Economy: Debunking 3 Myths

New York City is and always has been a beacon of hope and opportunity, fostering a vibrant economy built on the diverse skills, entrepreneurial spirit and culturally rich contributions of generations of immigrants.

However, there remains public debate about the economic impact of immigrants in the US, especially with the sudden arrival of thousands to New York City since 2022. Given the nature of our work, story and composition, we at Fundavenyc are firsthand witnesses of our community’s journey and thus intimately understand the reality of the situation. We would like to take this opportunity to address some of the biggest myths surrounding the economic effect of immigrants in New York City.

Myth 1: Immigrants take jobs away from native New Yorkers.

Research consistently shows that immigrants do not take jobs away from native New Yorkers, in fact immigrants often fill positions overlooked or considered undesirable by the native workforce. They tend to complement the existing workforce by filling labor market gaps and taking on jobs in industries with labor shortages, ensuring a vibrant and diverse job market.  

Migrant involvement spans many sectors, including healthcare, hospitality, construction, and retail, contributing to the overall growth and diversity of the labor market. In many cases, immigrants help create new jobs by starting their own businesses, which creates a positive cycle. A 2021 report by the Anti-Defamation League shows that states with large numbers of immigrants report lower unemployment rates for everyone. 

Myth 2: Immigrants put a strain on New York City’s public resources.

According to the New York Mayor’s Office, recent statistics show that more than 70% of asylum seekers and recently arrived migrants have found employment within the first six months of arriving in New York. The results demonstrate they are self-sufficient and by supporting them at their most vulnerable, we accelerate their ability to integrate into our labor ecosystem. 

Immigrants are not just workers, but consumers as well. They buy local products and services, which bolsters businesses and the economy. 

Immigrants also contribute more in taxes than they receive in public benefits, meaning they more than cover the cost of public education, healthcare, and more. The American Immigration Council shows that in 2019, immigrants collectively paid more than $492 billion in taxes, including over $30 billion paid by undocumented immigrants. Everyone pays sales taxes on purchased goods and property taxes on home purchases, and more than half of all undocumented immigrant households file income tax returns using Individual Tax Identification Numbers (ITIN). 

Myth 3: Immigrants reduce the wages of native New Yorkers.

Extensive studies show that there is little to no evidence of long-term negative wage impacts due to immigration in New York City. As the Insights and Analysis on Economics and Finance (IMF) indicates, “migrants bring economic benefits for advanced economies”. Their entrepreneurial ventures and economic contributions create new job opportunities and stimulate wage growth for immigrants and natives alike. 

Conclusion

Immigrants are an invaluable asset to the New York City economy. They do not replace native workers, but instead fill essential roles, ensuring that the city’s industries thrive. Contrary to common misconceptions, immigrants contribute significantly more in taxes than they receive in public benefits, including through purchasing goods and supporting public resources. In addition, the participation of immigrants in the local economy stimulates job creation and wage growth for all workers.

By recognizing and appreciating the economic contributions of immigrants, New York City can continue to build on its legacy as a global center of innovation, cultural exchange, and economic opportunity. Adopting policies that encourage immigrant integration, entrepreneurship, and workforce development is essential to fostering a diverse, inclusive, and prosperous urban landscape.

3 Mitos Sobre El Efecto de los Inmigrantes en Nuestra Economía 

La Ciudad de Nueva York es y siempre ha sido un faro de esperanza y oportunidad, fomentando una economía vibrante basada en las diversas habilidades, el espíritu emprendedor y las ricas contribuciones culturales de generaciones de inmigrantes.

Sin embargo, existe un continuo debate sobre el impacto económico de los inmigrantes en EEUU, más aún ahora con la llegada repentina de tantos miles de inmigrantes y solicitantes de asilo a la ciudad de Nueva York. Ya que, en Fundavenyc conocemos a fondo la realidad de nuestra comunidad inmigrante y somos testigos de su integración a la ciudad, queremos disipar algunos de los mayores mitos que rodean el efecto de los inmigrantes en la economía de la ciudad de Nueva York.

Mito 1: Los inmigrantes les quitan los trabajos a los residentes de Nueva York.

Investigaciones muestran que los inmigrantes no le quitan los trabajos a los residentes de NY, usualmente estos ocupan puestos que la mano de obra neoyorquina pasa por alto. De hecho, los inmigrantes tienden a complementar la fuerza laboral existente, llenando vacíos del mercado laboral y trabajando en industrias con escasez de mano de obra, lo que garantiza un mercado laboral vibrante.

La participación inmigrante abarca sectores como la atención médica, la hospitalidad, la construcción y el comercio minorista, contribuyendo así al crecimiento general de la economía y a la diversidad del mercado laboral. En muchos casos, los inmigrantes ayudan a crear nuevas fuentes de trabajo al emprender su propio negocio. Un reporte de The Anti-Defamation League del 2021 demuestra que los estados con una mayor cantidad de inmigrantes reportan tasas de desempleo más bajas para todos.

Mito 2: Los inmigrantes son carga pública para la Ciudad de Nueva York.

Según nuevas estadísticas de la Oficina del Alcalde de Nueva York, más del 70% de los solicitantes de asilo y los inmigrantes recién llegados han encontrado empleo dentro de los primeros 6 meses de haber llegado a la ciudad. Los resultados señalan que al ayudarlos en sus momentos más vulnerables, aceleramos su ingreso al ecosistema laboral y son autosuficientes.

Además, los inmigrantes, no son solo trabajadores, también consumidores. Compran productos y servicios locales, lo cual es bueno para las empresas y la economía.

También contribuyen más en impuestos de lo que reciben en beneficios públicos, esto significa que los taxes que pagan contribuyen a la educación pública y la atención médica. El Consejo Estadounidense de Inmigración muestra que en los EE. UU. en 2019, los inmigrantes pagaron colectivamente más de $492 mil millones en impuestos, incluidos más de $30 mil millones pagados por inmigrantes indocumentados. Todos pagan impuestos en las ventas de los bienes que compran y sobre la propiedad de las casas que compran, y más de la mitad de todos los hogares de inmigrantes indocumentados presentan declaraciones de impuestos utilizando números de identificación fiscal individuales (ITIN).

Mito 3: Los inmigrantes reducen los salarios de neoyorquino.

Amplios estudios muestran que hay poca o ninguna evidencia de impactos salariales negativos a largo plazo debido a la inmigración en la ciudad de Nueva York. De hecho, los emprendimientos empresariales y las contribuciones económicas de los inmigrantes crean nuevas oportunidades laborales estimulando a la economía. Como indica un informe del Fondo Monetario Internacional, “incrementan el ingreso por persona mejorando los niveles de vida.”

Conclusión

Los inmigrantes no reemplazan a trabajadores nativos, sino cumplen roles esenciales, asegurando que las industrias de la ciudad prosperen. Contribuyen más en impuestos de lo que reciben en beneficios públicos. Además, estimulan la economía.

Al reconocer y apreciar las contribuciones económicas de los inmigrantes, la ciudad de Nueva York continuará construyendo su legado como centro global de innovación, intercambio cultural y oportunidades económicas. La adopción de políticas que fomenten la integración de los inmigrantes, el espíritu empresarial y el desarrollo de la fuerza laboral es esencial para fomentar un paisaje urbano diverso, inclusivo y próspero.

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